martes, 9 de agosto de 2011

POR LA VIDA


GENTILEZA--www.arztucuman.org.ar

OREMOS CON SAN FRANCISCO DE ASIS


Oración ante el Crucifijo de San Damián
Alto y glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón.
Y dame fe recta,
esperanza cierta y caridad perfecta,
sensatez y conocimiento, Señor,
para que haga tu santo y veraz mandamiento. Amén.

APRENDIENDO DE JUAN PABLO II -BEATO


Carta Encíclica EVANGELIUM VITAE del Sumo Pontífice Juan Pablo II
Introducción

1. El Evangelio de la vida está en el centro del mensaje de Jesús. Acogido con amor cada día por la Iglesia, es anunciado con intrépida fidelidad como buena noticia a los hombres de todas las épocas y culturas.

En la aurora de la salvación, el nacimiento de un niño es proclamado como gozosa noticia:«Os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor»(Lc 2, 10-11). El nacimiento del Salvador produce ciertamente esta «gran alegría»; pero la Navidad pone también de manifiesto el sentido profundo de todo nacimiento humano, y la alegría mesiánica constituye así el fundamento y realización de la alegría por cada niño que nace (cf. Jn 16, 21).

Presentando el núcleo central de su misión redentora, Jesús dice:«Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia»(Jn 10, 10). Se refiere a aquella vida «nueva» y «eterna», que consiste en la comunión con el Padre, a la que todo hombre está llamado gratuitamente en el Hijo por obra del Espíritu Santificador. Pero es precisamente en esa «vida» donde encuentran pleno significado todos los aspectos y momentos de la vida del hombre.