
Carta Pastoral
“CRUCEMOS A LA OTRA ORILLA” (Mc. 4,35)
de Monseñor Luis H. Villalba
Arzobispo de Tucumán
17 de febrero de 2010
La parroquia, comunidad cercana
La parroquia es la Iglesia entre la gente; es la Iglesia vecina a la gente; es la Iglesia que vive entre las casas de sus hijos; es la presencia de la Iglesia en el barrio. Parroquia significa Iglesia en la vida cotidiana, junto a las casas.
La parroquia no es entonces una Iglesia de elites, para algunos afortunados o que tienen dotes especiales. La parroquia es una iglesia accesible a todos, capaz de dialogar con toda la gente, que vive la experiencia de la gente.
Éste es el programa pastoral de toda parroquia. Es lo que debe conducir el compromiso de los sacerdotes, de los laicos, de los consagrados, de los diversos grupos y movimientos, de los consejos pastorales, de todos los agentes de pastoral: cada uno según su don de gracia.
La comunidad parroquial no debe realizar encuentros sólo con los "propios". Debe abrirse a todos. Realizar encuentros con la gente del barrio. Debe mantener un diálogo con las diversas realidades sociales y culturales.
Parroquia, iglesia entre la gente, significa Iglesia vecina a las casas, a las familias, a los esposos; a los niños y a los jóvenes, integrándolos en sus grupos; a los ancianos; a los enfermos, con la pastoral del alivio y con el sacramento de los enfermos; vecina a los pecadores con el sacramento de la penitencia; vecina a todos los cristianos con la Misa dominical y el sacramento de la Eucaristía; vecina a los que nacen, con el sacramento del Bautismo; vecina a los pobres, con la atención de Cáritas; vecina a los vecinos, visitándolos en sus casas con los misioneros parroquiales. Parroquia vecina a los geriátricos y a los clubes. Vecina a las sociedades de fomento y a los Centros de Jubilados. Vecina a los talleres y a las fábricas. Vecina a las escuelas y a la feria de su barrio.
La parroquia debe recuperar la fiesta patronal como la fiesta del barrio.
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