viernes, 5 de agosto de 2011

VIVAMOS EL VALOR DE LA ALEGRIA


SIEMPRE ALEGRES
No podemos dar ejemplo ni llamarnos cristianos, si no damos ejemplo al mundo, si no transmitimos una alegría profunda (interior y exterior). El cristiano no puede tener el rostro arisco, no puede tener en su corazón sentimientos intolerantes o pesimistas. Nuestro primer motivo de alegría es la esperanza y la fe en Dios, el amor que nos tiene y el que le demos debe hacer brotar de nuestro corazón una alegría sincera, completa, “de dientes para adentro”.

La tristeza solo cabe en quien ha perdido la esperanza, en quien ha sido abandonado. Y Dios nunca nos abandona, y estar en comunión con Él en el cielo es una promesa que debe alegrarnos permanentemente.
GENTILEZA--WWW.ENCUENTRA.COM

No hay comentarios:

Publicar un comentario